Con el paso de los años la fiesta de los Chóferes, que se celebra el 27 de julio en honor al patrón de los conductores, San Cristóbal, se ha ido convirtiendo en toda una fiesta no solo conocida en Linares, sino también en muchos de los pueblos que lo rodean.
Desarrollo de la jornada
La jornada comienza temprano, con un encierro de vaquillas por las calles del pueblo y posterior almuerzo, para después ir recogiendo las camisetas y pagar su correspondiente cuota de socio.
Después de la misa en honor a San Cristóbal, se sacan todos los automóviles a bendecir a la Venta, y después se comienza a calentar el ambiente con las primeras cañas. Sobre las 15 horas comienza la comida para todos los socios en el salón del Ayuntamiento, al principio todo parece tranquilo pero conforme avanzan los minutos, el jolgorio va aumentando y el vino y ponche comienza a manchar camisetas, mesas y suelo. El pasacalles posterior, siempre encabezado por la figura de San Cristóbal, recorre varias calles del pueblo, y durante el mismo se bebe el típico ponche, además de remojarse con los cubos de agua que desde los balcones de las casas se tiran a su paso.
El pasacalles finaliza en la Plaza del pueblo, donde los Chóferes se encuentran con las Rebotadas, la peña en la que ese mismo día las mujeres se unen para hacer su fiesta. Durante unos minutos se baila al ritmo de las charangas, con camisetas manchadas de vino, rotas, gente disfrazada, caras pintadas y ante todo muy buen ambiente.
Vaquillas y fiesta de la espuma
Las vaquillas pasan a ser las protagonistas de la tarde, turno para los más atrevidos, con la capa o mediante recortes. La fiesta prosigue en la Fuente, donde se organiza desde hace unos años una fiesta de la espuma con discomóvil, que sirve para que la gente se refresque a la vez que sigue con la fiesta.
Por la noche los Chóferes se vuelven a reunir para cenar y lo que venga después, sea verbena, toro embolado…
Todos los años existe una comisión encargada de la organización de estos actos, y a su vez, de varios días de las fiestas, costeando los mismos la Agrupación de Chóferes. También se realiza una comida para todos los socios y acompañantes otro día en el Loreto.
Historia de los Chóferes
Esta fiesta tan arraigada entre los hombres de Linares comenzó sobre los años sesenta, cuando las fiestas duraban dos días y varios vecinos del pueblo decidieron subir a Valdelinares y comprar una novilla para, ese mismo día, bajarla andando y hacer el encierro antes de comer. Después se reunieron para tomar un aperitivo y, por la tarde, torear la novilla. Con el reparto de la carne al día siguiente, dieron por finalizada la fiesta, acordando repetirla al año siguiente. Para no levantar sospechas, debido al estricto régimen político existente en esas fechas, decidieron denominar a los participantes como Agrupación de Chóferes San Cristóbal de Linares de Mora, careciendo de sede y domicilio social propios pero contando con la pertenencia a la misma de la autoridad civil y eclesiástica. Decidieron no limitar la pertenencia a la agrupación a las personas con permiso de conducir, sino que la abrieron a cuantos quisieran participar. Pronto se paso de comprar una vaca a comprar dos, después llegó la bendición de los vehículos, la comida de los socios y el posterior pasacalles y los disfraces, hasta nuestros días.